Las huellas dactilares de Michael Jackson no
aparecen en las botellas de propofol. Tampoco en las jeringas ni en las
vías intravenosas encontradas en su casa el día en que murió. Lo
anterior fue dado a conocer en el octavo día del juicio contra Conrad
Murray, acusado del homicidio involuntario del Jackson.
La defensa de Murray ha argumentado que fue el propio Michael quien se
administró una sobredosis de propofol y que eso causó su muerte.
Sin embargo, ayer, la Corte de Los Ángeles conoció los resultados de las
huellas encontradas en los instrumentos médicos. Y en las “vías
intravenosas” halladas en la recámara de Jackson sólo se identificó una
huella que corresponde, por cierto, a Conrad Murray.
También hallaron otras dos huellas en botellas de propofol pero no
corresponden al cantante ni a su asistente, su cocinero ni a
investigadores, por lo que la fiscalía las considera “un misterio”.
En su turno, Ed Chernoff el abogado defensor de Murray puso en tela de
juicio los apuntes de Elissa Fleak, la investigadora forense que rastreó
el dormitorio de Jackson. Chernoff acusó a Fleak de que no anotó el
hallazgo de un frasco de propofol en una bolsa de suero sino hasta marzo
de 2011, dos años después de la muerte de |