Conrad Murray era el médico personal de Michael Jackson, y fue contratado por el cantante para que le ayudara a prepararse para su esperadísima gira de vuelta a los escenarios.
Según testimonios, Michael tomaba a menudo propofol, un fortísimo anestésico que se usa en hospitales. La noche de su muerte, el cantante tenía graves problemas de sueño, e hizo llamar a su médico. Ante las presiones de Michael (que amenazaba incluso con cancelar su gira si no le daban los medicamentos), Murray le suministró varios fármacos e inductores de sueño, que podrían haber sido los causantes de la parada cardiorespiratoria que acabó con la vida de Jackson.
Gracias a este aplazamiento, tanto la acusación como los abogados de Murray tendrán más tiempo para compartir y cotejar informaciones para tratar de esclarecer este asunto.
En la primera vista oral en la que compareció el médico, se declaró inocente. Si finalmente se demostrara su culpabilidad, Conrad Murray podría enfrentarse a una pena de 4 años de prisión por homicidio involuntario. fuente: CHANCE